domingo, 18 de agosto de 2013

Tributo a los malditos – Un tributo a Charles Bukowski y a otros desheredados.




"Pensé que tenía un montón de cosas. Y la verdad… estoy vacío. " 
El Gran Gatsby - J. Fitzgerald


TRIBUTO A LOS MALDITOS
Alex Hills

Se despertó con un malestar horrible. Se había quedado dormido en el sofá mientras bebía.
Como marca la costumbre del después de haber bebido, este no tenia ni idea de que hora era, aunque en el fondo le daba igual, nadie le esperaba en ningún lado.
Llenó la bañera de agua fría y apuró el culo de una cerveza que había tirada por el suelo. Estaba caliente. El sabor de la cerveza caliente le recordaba al de la orina y la sangre, al sabor del metal....

[... Aunque eso, a alguien que mataría por una gota de alcohol, le da igual... ]

"Si ocurre algo malo, bebes para olvidar, si ocurre algo bueno, bebes para celebrarlo, y si no pasa nada, bebes para que pase algo" C. Bukowski

Se metió en la bañera y el frío le estremeció hasta los huesos pero la mente no se le aclaró ni una gota.
El gran actor fracasado, privado de su talento, de su fama y lo que es peor, privado de cervezas frías de malta, de vino de Oporto y de mujeres de coños prietos.
Así era su día a día, en una pensión de mala muerte, sin agua caliente y sin calefacción en verano o aire acondicionado en invierno. Una vida de mierda, pero a el ya le daba igual.

Salió a la calle y de camino al parque encontró varias colillas casi intactas. No llegaba a entender que clase de gilipollas tira un cigarrillo sin apenas haberle dado dos caladas.
- Esa clase de gente son unos mierdas - pensaba el - son la clase de tíos que te miran por encima del hombro, vestidos con su puta ropa cara desde su coche deportivo. Y ellas peor aún, putitas que se venden al mejor de esos soplapollas.
Entre divagaciones odiosas llego al parque, donde junto con otros vagabundos se sentó a pasar la tarde.
Ahí se sentía bien, en paz, apartado del mundo real donde las preocupaciones y el dinero te persiguen constantemente.

- ¿Colega tienes 4 centavos para cervezas? - le espetaba un viejo vagabundo, con simiente cansada y golpeada por muchos años de dormir en la calle y en sucios burdeles, cuchitriles donde gastar los pocos dolares ganados o robados.
- Gilipollas, te estoy hablando! - le repetía una y otra vez el viejo ya que absorto en las colillas recogidas nadie contestaba. - Que te den por ahí espetó finalmente y tras escupirle en la ropa a nuestro protagonista se marchó. Una fugaz imagen recorrió su mente; acababa de ver su propio futuro, hablándole cara a cara.

La vida en la ciudad era una mierda y todos lo sabían, sobretodo los menos afortunados.
El había sido alguien pero la bebida y las mujeres le habían llevado a acabar así, pero que coño, así el almenos vivía tranquilo. No se arrepentía de ello, mas bien se entristecía de pensar que la gente no se daba cuenta de que su vida era una mentira. Una gran mierda consumista y una gran mentira llena de amantes, apuestas y drogas varias.


Con la caída del sol, como si huyese de la triste estampa que producen los barrios bajos de la ciudad, este enfiló al bar mas cercano, donde gastar los pocos dolares que le quedaban de lo que su hermana, casada con un hombre adinerado en Argentina, le enviaba mensualmente.
Lo tenia claro, no es que ella se preocupase mucho por el, pero siempre le había dado pena su hermano menor, incluso cuando este no daba precisamente pena a las demás personas.
-Quizas hay gente que geneticamente esta predispuesta al fracaso o quizás es Dios, o cualquier ente sobrenatural, el que decide hacia donde caminan nuestros próximos pasos o en que agujero meteremos próximamente nuestra polla - pensaba, durante unos breves instantes, ya que rápidamente se quedó absorto con las luces y los colores de los carteles que iluminaban la noche en la gran ciudad.
Joder, ademas no le interesaba una mierda los pensamientos profundos. Platón, Nietszche o Sartre entre otros solo representaban un grupo de amargados y perturbados, aclamada su obra y desconocida su existencia, si se masturbaban compulsivamente, si consumían drogas o que coño, si alguno de ellos le gustaba la pornografía infantil.
Y así, los hombres cultos de las grandes universidades, abstraídos de la mierda que se acumula en los barrios, pueden menearse sus ilustres pollas tras sus grandes despachos divagando en si el pensador pederasta creía que la materia existe o no o si el pensador cocainomano maltratador había descubierto que el pensamiento es abstracto. Que se jodan, no valen tanto o menos que el vagabundo que acaba de escupirle - concluyó cuando finalmente entro por la puerta del bar.

Una vez dentro y con el frescor de la cerveza mas barata de la carta pasando por su garganta, sus pensamientos se volvieron mas tranquilos, si es que de verdad, una vez ingerido de nuevo el liquido de la vida, su cabeza podía llegar a pensar.

[Cerraba los ojos y sentía que todo de nuevo carecía de sentido alguno.]

[Cerraba los ojos y se sentía bien, como en el calor del regazo de una mujer de piel tostada y de grandes y jugosos senos.]


"Me levanté y fui hacia el jodido cuarto de baño. Odiaba mirarme en aquel espejo pero lo hice. Ví depresión y derrota. Unas bolsas oscuras debajo de mis ojos. Ojitos cobardes, los ojos de un roedor atrapado por un jodido gato. Tenía la carne floja, parecía como si le disgustara ser parte de mí." C. Bukowski


- HE JODIDO YONKI, ESTO NO ES UN ALBERGUE - dijo alguien - paga otra copa o vete a la puta calle - exclamó el camarero desde la barra.
Así pues se tambaleó hacia la barra e ingirió dos, o quizás tres cervezas, y se marcho de nuevo enfilando el oscuro camino al parque que le dejaba al lado de la sucia pensión que llamaba hogar, no sin antes, acabarse otra de las consumidas colillas que había recolectado antes.

Por el camino pensó en el suicidio, tema recurrente en sus largas y solitarias noches, pero de nuevo lo desestimó, era un cobarde. Su padre se había encargado de recordarselo durante toda su vida hasta la muerte del mismo.

Finalmente llegó al amparo de su mugriento colchón. Allí se masturbó e ingirió, casi de dos tragos, medio bric de vino blanco, para finalmente quedarse dormido .
Su sucia existencia, como la de las demás ratas de ciudad, empezaba y acababa así, borrachos y sucios, abandonados por todos.

Soñaba antes de caer dormido del todo que esa era la ultima noche que dormía en tales condiciones, ya fuese porque alguien le había sacado del hoyo o porque el vomito le visitaba mientras dormía bocarriba.
Quizás esa noche tenia suerte y la segunda opción se veía cumplida. Quien sabe en este mundo en el que vivimos..

Alex Hills


"El hombre ha nacido para morir.¿Qué quiere decir eso? Perder el tiempo y esperar. Esperar el colectivo. Esperar un par de tetas alguna noche de agosto en un cuarto de hotel en Las Vegas. Esperar que canten los ratones. Esperar que a las serpientes le crezcan alas. Perder el tiempo"  C.Bukowski


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