"Siempre habrá dinero y putas y borrachos hasta que caiga la última bomba" Charles Bukowski
El mundo es una rueda que gira y gira, la vida pasa, el tiempo no para y la historia se forma a través de aquellas personas que conforman sus hechos. El mundo avanza, se suele decir, a través de las historias de progreso que en el confluyen. En 1879 Edison inventó la primera bombilla, en 1928 Alexander Fleming descubrió la penicilina y el primer consolador data del 27.000 a.C, por poner una fecha. El mundo progresa por que hay gente que se preocupa y esfuerza para que progrese, pero que sucede cuando el progreso no es lo que anhelas...
Aquí entran en juego los destructores. "Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos" plasma claramente Chuck Palahniuk a través de Tyler Durden, su alter ego de propia creación en su novela mas conocida "El club de la lucha". El mundo no es siempre un lugar feliz y bonito, es mas, para estos individuos el status quo representa aquello que jode la existencia. De dicho modo, mientras que autores como Herman Hesse buscan el cambio vital a través de la introspectiva que lleve a la cultura superior, "una sociedad que recoge y practica lo mejor de todas las culturas y las reúne en un juego de música y matemáticas que desarrolla las facultades humanas hasta niveles insospechados", Charles Bukowski detesta todo aquello moralmente aceptable para Hesse.
“Hicimos una parada para comprar licor, hielo y cigarrillos, luego regresamos al apartamento. Su única copa había puesto a Cecilia soltando risas y hablando sin parar. Ahora estaba explicándonos que los animales también tenían alma. Nadie se lo discutió. Era posible, lo sabíamos. De lo que no estábamos tan seguros era de si la teníamos nosotros.”De este modo, y no de forma exclusiva des de el mundo literario, se pone en duda los cánones y convenciones sociales, se rompe con el american dream generalizado y se propone la anarquía individual, no como solución a los problemas del mundo, si no como aquel asiento reservado en primera fila para poder ver atentamente la destrucción del mismo. Des de este aporte, y a través de su propia auto-destrucción, manifiestan su disconformidad con el mundo tal y como lo conocemos.
James Dean, Jack Kerouac, Lou Reed, Jim Morrison.... todos ellos y muchos mas son en mayor o menor medida parte del selecto club de los auto-destructores. Algunos nihilistas arraigados, otros sociopatas empedernidos y otros exclusivamente unos incomprendidos, su auto-destrución tiene un mensaje muy claro, el mundo es una rueda que gira y gira, efectivamente, pero ya no queda brecha para poder elegir hacia donde queremos girar.
Mas adelante tendremos la oportunidad de hablar mas extensamente de ellos. Yo de momento brindo por los auto-destructores y los auto-destruidos. Brindo por Ginsberg y Burroughs, por Boris Vian y John Kennedy Toole, brindo por que definitivamente «He visto a las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura».
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